Asi soy yo..

A pesar que en esta vida he sido castigado
Se que en un montón de cosas sigo equivocado
Yo soy de los que hago todo y no pide nada
Y de todas las palabras
yo prefiero aquellas que se dicen solo con una mirada

Soy amigo de la flor que baila con la brisa
Siempre le agradezco a Dios el sol que me acaricia
Yo se muy bien a donde voy
por eso voy sin prisa
Y aprendí que en este mundo todo se consigue
con la simple magia de una sonrisa

Yo soy igual que las demás
ser rico o pobre me da igual
Lo que yo quiero no se compra

Yo quiero un amor muy especial
Grande y profundo como el mar
Y fulminante como un rayo

Soy un poco divagante y amo los poetas
Me fascina caminar o andar en bicicleta
Tengo ratos de alegria y otros de trizteza
Y respeto a todo el mundo
porque cada mente es como una caja
llena de sorpresas

Yo soy igual que los demás
ser rico o pobre me da igual
Lo que yo quiero no se compra

Yo quiero un amor muy especial
Grande y profundo como el mar
Y fulminante como un rayo

Yo se que pronto va a llegar
lo puedo casi adivinar

El nino del tambor (El Tamborileiro)

Viajando en los espacios de mis blog-amigo/as me di cuenta que todos ya arreglaron su blog para festejar la navidad, asi que para ponerme a tono aqui dejo los liricos de una cancion navidena que me gusta mucho por lo que dice en si.

FELIZ NAVIDAD A TODOS USTEDES !!

Un rayito de Luna

Para ahuyentar a la oscuridad, basta recordar las nubes color pastel que adornan la aurora, o los brillantes destellos en la rapida silueta de un colibrí.

Para ahuyentar a la oscuridad, es suficiente tener en los labios los nombres de los seres que queremos, pues todos y cada uno de ellos son angeles encubiertos.

Para ahuyentar a la oscuridad, no se necesita mas que recordar el abrazo de un buen amigo, las travesuras de nuestra mascota, el dulce sabor de un trocito de caramelo, o hasta el sonido de la computadora avisandonos que tenemos un nuevo “e-mail”.

Para ahuyentar a la oscuridad, no se debe uno olvidar de llamar a la Luna para que nos deje un beso bien brillante sobre la almohada o en la frente, para que nos deje un rayito jugueton que se deslice por las paredes y acabe durmiendose en nuestra cama igual que un gatito ronroneandonos en los pies.

Porque para ahuyentar a la oscuridad, incluso basta un solo rayito de luna.